
En Córdoba, cuando llega el invierno, las abuelas despliegan sus secretos culinarios para combatir el frío con platos llenos de sabor y tradición. Entre ellos, el guiso de lentejas es uno de los más emblemáticos, una receta sencilla que reúne a la familia alrededor de la mesa y reconforta el cuerpo y el alma.
Para preparar este clásico cordobés, se comienza con un sofrito hecho con cebolla, ajo y pimiento rojo, todo bien picado y cocinado lentamente en aceite hasta dorar. Luego, se agrega chorizo colorado cortado en rodajas, que le aporta un sabor profundo y característico. A esto se suman las lentejas, previamente remojadas, y se cubren con caldo casero o agua. Se sazona con sal, pimienta, una hoja de laurel y, si la abuela lo permite, un toque de comino o pimentón dulce.
El secreto está en la cocción a fuego lento, que puede durar una hora o más, hasta que las lentejas estén tiernas y hayan absorbido todos los aromas del sofrito y el chorizo. Antes de servir, se rectifica la sazón y se acompaña con pan casero, ideal para mojar en el caldo humeante.
Este guiso no es solo un plato de invierno: es un ritual que transmite cariño, historia y el amor por la cocina casera. Las abuelas de Córdoba saben que en cada cucharada se esconde la magia de conservar nuestras raíces y celebrar la calidez de la familia en los días más fríos.