Comenzamos octubre y queremos honrar al mayor pilar de resiliencia y esperanza dentro del hogar: “las madres”. Al aproximarse una de las celebraciones más emotivas del año, el Día de la Madre, más allá de un gesto de amor y de la crianza tradicional, la oportunidad es propia para reflexionar sobre el inmenso rol que las madres desempeñan hoy.
En el contexto de cambios y desafíos como el que vivimos hoy, las madres no solo son el núcleo de la familia, sino también pilares fundamentales de invulnerabilidad y cambio social en momentos en que la sostenibilidad, la justicia social y la protección de los recursos naturales se vuelven más urgentes que nunca.
Muchas mujeres, madres incluidas, están en la primera línea de los cambios sociales y ambientales que atraviesa la región, como en el caso de los devastadores incendios que azotan a nuestra Provincia hoy día. Desde la revista Matices hemos seguido de cerca la tragedia ambiental que ha afectado a tantas familias y ecosistemas en Córdoba.
Los incendios forestales de este año han sido particularmente destructivos, y aunque las fuerzas bomberiles han brindado alivio y control sobre el fuego, el daño está hecho. Las imágenes de las sierras arrasadas por el fuego nos recuerdan la fragilidad de nuestro entorno y la urgencia de tomar medidas concretas para frenar la crisis climática.
¡Esta tarea titánica contra el fuego es de todos! Desde las mujeres y madres que han tomado una acción única por proteger sus hogares, sus hijos, sus mascotas, el entorno y sus ecosistemas; así como de los cuerpos de Bomberos, las autoridades locales, provinciales y nacionales, quienes hoy tienen frente así un llamado urgente a atender esta emergencia y crisis climática en las Sierras de Córdoba.
En este contexto, no podemos perder de vista que la deforestación, el avance de la frontera agrícola y las políticas ambientales poco efectivas, lo que en conjunto han exacerbado la vulnerabilidad de nuestros ecosistemas y de la biodiversidad frente a los efectos climáticos que observamos hoy, que incluyen aumento de la temperatura y sequías extremas, entre otros.
En este mes también conmemoramos el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, el cual recuerda el encuentro entre culturas originarias y europeas tras el arribo de Cristóbal Colón a América. Esta fecha es más que un recordatorio histórico, es una invitación a reflexionar sobre nuestra capacidad para convivir en la diferencia, para encontrar fortaleza en la variedad y para reparar las heridas que el colonialismo y las políticas excluyentes han dejado en nuestros pueblos.
La diversidad cultural también tiene una profunda intersección con los temas ambientales, toda vez que, desde tiempos inmemoriales, las comunidades indígenas que durante siglos habitaron las sierras cordobesas, fueron los primeros guardianes del entorno natural. Su modo de vida siempre estuvo intrínsecamente ligado a la tierra, y en muchas ocasiones, a sus prácticas sostenibles ancestrales, las cual muchos son hoy ignoradas o subvaloradas.
Observando el contexto y el fuego arrasador sobre nuestras sierras, es momento de volver la mirada hacia nuestra cultura y ancestralidad, aprendiendo de su relación con la naturaleza y su cosmovisión respetuosa con el medio ambiente.
¡Es así como todo se conecta! Las grandes protagonistas son la Madre Tierra y la mujer madre, quienes desde tiempos antiguos han sido guardianas de la familia y de los recursos necesario para la subsistencia de sus hijos. Hoy por hoy, es el pilar invisible del cambio y de la siembra de valores y respeto. Sin dudas, son las centinelas del futuro de nuestros hijos.
Equipo Matices