Desde hace 50 años, los trabajadores se juntaban alrededor de un asado y unas empanadas. En aquella época, los tranvías cruzaban la ciudad, llevando a familias y amigos a celebrar juntos. Algunas costumbres cambian con el tiempo, pero otras son tan ricas que perduran y se fortalecen año tras año.

Hoy, El Maestro mantiene viva una de esas tradiciones: el gran Locro del 1° de Mayo. Un plato que no solo alimenta el cuerpo, sino que también trae historias, recuerdos y anécdotas que se comparten entre cucharada y cucharada. Un locro que huele a encuentros, a compañerismo y a nuevos proyectos.

En el Día del Trabajador, El Maestro te invita a disfrutar de un locro abundante, preparado con ingredientes seleccionados, cocido con paciencia y servido con esa salsita picante que resalta los sabores. Un locro rico, sano y bien cargado, pensado para quienes buscan ese gusto casero que solo la cocina tradicional puede ofrecer.

Porque la comida es mucho más que alimento: es memoria, es encuentro, es celebrar lo que somos. Y el 1° de mayo es la ocasión perfecta para reunirse, compartir y disfrutar de un plato que nos conecta con nuestras raíces.

Por todo esto, el 1° de Mayo pasá por El Maestro y sumate a una tradición que sigue creciendo. Porque hay sabores que nunca se olvidan y momentos que vale la pena repetir.

Por

Brigitte Hernández Escalona

Grupo Matices / @uncafecitoconbri