
Junio llega con un aire distinto. Sus días tienen algo de raíz y de cielo. Algo de Patria, de abrazo y de tierra húmeda. Es un mes que nos invita a levantar la vista y mirar alto: a la bandera que flamea en las escuelas y plazas, pero también a las copas de los árboles que aún resisten. Es un tiempo para enarbolar no solo los colores celeste y blanco en el Día de la Bandera, cada 20 de junio; sino también los verdes de nuestros recursos vivos, los que aún laten y nos piden cuidado en el mes más verde del calendario.
Junio nos habla al corazón. Nos recuerda que la Patria no es solo historia ni territorio: es el hogar que construimos con nuestras manos, con nuestras decisiones y con nuestros valores. Y si el hogar comienza por la familia, es en los padres donde muchas veces nace esa primera forma de amor y pertenencia.
En este mes del Día del Padre, recordamos que ellos enseñan con su ejemplo, que cuidan, que siembran respeto por la vida en todas sus formas. Padres que, al enseñar a sus hijos a querer a su país, les enseñan también a proteger lo que en él florece.
La figura del padre y la de la Patria se entrelazan. Ambas son abrigo, guía y promesa. Y ambas necesitan cuidado. Hoy, más que nunca, el amor por nuestra tierra exige más que palabras: pide acción, conciencia, compromiso. Porque la bandera que Belgrano soñó no solo simboliza libertad: también nos interpela a ser libres de la indiferencia, del descuido, del olvido hacia la tierra que nos sustenta.
En tiempos donde la naturaleza se agota, levantar la bandera de Argentina debe ser también levantar la de la protección del ambiente. No puede haber Patria sin aire limpio, sin agua pura, sin suelos fértiles que nutran el mañana. No hay identidad posible si no reconocemos que somos parte de un entramado mayor, sagrado, donde cada especie, cada río y cada semilla cuenta.
Celebremos, entonces, a quienes educan en el amor, a quienes guían con ternura y conciencia. Celebremos a los padres que cultivan futuro. Y en cada gesto, pequeño o inmenso, hagamos Patria.
Porque hoy más que nunca, cuidar la tierra es honrar la bandera.
Y proteger la vida, es el más alto acto de Patriotismo hoy día.
Equipo Revista Matices