
Junio no es un mes más en el calendario ambiental. Es el mes en que el planeta alza la voz. Tres fechas clave —el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), el Día Mundial de los Océanos (8 de junio) y el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (17 de junio)— lo convierten en un punto de inflexión que interpela a gobiernos, científicos, empresas y sociedad civil.
Comenzando por el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha establecida por Naciones Unidas en 1972, buscando sensibilizar sobre los principales desafíos ambientales del planeta. Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), más del 40% de las tierras del planeta ya están degradadas, afectando directamente a la mitad de la población mundial. En América Latina, más de 300 millones de hectáreas están en proceso de desertificación.
En el caso de la provincia de Córdoba, Argentina, esta problemática se vive de cerca. Gran parte del territorio cordobés se encuentra en zonas semiáridas, donde la variabilidad climática y la presión humana agravan la degradación del suelo.
Los efectos de la sequía son alarmantes: pérdida de biodiversidad, reducción en la capacidad de captación de carbono de los bosques nativos, afectación directa a la agricultura familiar y deterioro en la provisión de servicios ecosistémicos, como la regulación del agua o la purificación del aire.
La sequía, que se ha intensificado por el cambio climático, impacta de forma severa a los ecosistemas locales. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el 70% de los ecosistemas terrestres del planeta ya muestran signos de deterioro. En Córdoba, especies endémicas de montaña y bosque chaqueño enfrentan riesgos crecientes de desaparición local debido a la falta de agua y las altas temperaturas.
Por otro lado, cada 8 de junio el mundo se detiene a reflexionar sobre los océanos, que cubren más del 70% de la superficie terrestre. Son esenciales para la vida: producen al menos el 50% del oxígeno que respiramos y absorben alrededor del 30% del CO₂ generado por la actividad humana (UNESCO).
Sin embargo, los océanos están bajo amenaza: se calcula que el 90% de las poblaciones de peces están plenamente explotadas o sobreexplotadas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).Los arrecifes de coral, uno de los ecosistemas marinos más biodiversos, están desapareciendo a un ritmo vertiginoso: ya hemos perdido más del 50% de ellos debido al calentamiento de las aguas, la acidificación y la contaminación plástica.
Junio es, sin lugar a duda, el mes en que la Tierra nos recuerda su fragilidad. Restaurar ecosistemas degradados, proteger el agua dulce y salada, y adoptar prácticas sostenibles ya no es una opción, sino una necesidad. En Córdoba, diversas organizaciones ambientales y científicas están trabajando en proyectos de reforestación, manejo del agua y educación ambiental para enfrentar estos desafíos. Y vos ¿estás haciendo tu parte?
Brigitte Hernández Escalona
Grupo Matices / @uncafecitoconbri