
Córdoba es sinónimo de biodiversidad. Sus bosques serranos, pastizales y humedales dibujan un mosaico natural que sostiene la vida en el corazón de Argentina. Pero esta riqueza única enfrenta hoy una amenaza creciente: la acelerada pérdida de especies y ecosistemas.
Cada 22 de mayo, en el Día Mundial de la Biodiversidad, surge una pregunta urgente: ¿qué estamos haciendo para proteger el patrimonio natural que hace posible nuestra vida?
Argentina es uno de los países con mayor diversidad biológica del mundo. Con más de mil especies de aves, cerca de 400 mamíferos y miles de plantas nativas, es un verdadero refugio natural. Córdoba, en particular, alberga tesoros como el Bosque Chaqueño Serrano y los humedales pampeanos, ecosistemas que hoy luchan por sobrevivir.
Amenazas que avanzan
Pérdida de hábitats, incendios forestales, expansión agrícola, caza furtiva y cambio climático son algunas de las fuerzas que están arrasando con la biodiversidad. La respuesta no puede ser tibia: hace falta actuar de forma urgente y coordinada.
¿Qué debemos hacer?
- Más áreas protegidas: Córdoba necesita ampliar sus parques y reservas, representando todos sus ecosistemas, y dotarlos de personal y recursos suficientes. No alcanza con proteger en el papel; hay que proteger en el terreno.
- Corredores biológicos: Conectar reservas es vital para que las especies puedan moverse, alimentarse y reproducirse. Sin corredores ecológicos, la biodiversidad queda atrapada y condenada a desaparecer.
- Conciencia ciudadana: No hay conservación posible sin una sociedad comprometida. La educación ambiental y el turismo responsable son herramientas claves para construir una nueva cultura de respeto por la naturaleza.
- Leyes y controles firmes: La lucha contra la caza furtiva y el tráfico de especies exige leyes claras y, sobre todo, una aplicación efectiva. Las sanciones deben ser reales y disuasorias.
- Más ciencia, mejor conservación: Investigar y monitorear son acciones esenciales. La naturaleza cambia, y las estrategias de protección deben adaptarse a esos cambios. Universidades, ONGs y centros científicos son aliados estratégicos.
Por último, hay que destacar que proteger la biodiversidad no es solo defender a animales y plantas carismáticas. Es defender el agua que bebemos, el aire que respiramos, los alimentos que comemos. Es garantizar calidad de vida y futuro para las próximas generaciones.
En un contexto de crisis climática y degradación ambiental, Córdoba tiene una oportunidad histórica: liderar un modelo de desarrollo que integre la naturaleza como aliada, no como obstáculo.Salvar nuestras especies, restaurar nuestros ecosistemas y construir una convivencia armónica con la naturaleza no es una opción. Es una necesidad urgente. Y el momento de actuar es ahora.
Brigitte Hernández Escalona
Grupo Matices / @uncafecitoconbri